Wednesday, June 22, 2011

LOS VIAJES AL CIELO Y AL INFIERNO DE SECUNDINO

Hace tiempo que deseo contarles la historia de Secundino González Rubio, un campesino, humilde, sencillo, nacido en 1933, quien desde pequeño ha tenido contacto con Dios. Él vive muy cerca de Guadalajara y tiene mucho que contar. Sin saber escribir, ni leer él le habla y da detalles de la Biblia que ÉL mismo dice ha vivido gracias al poder de DIOS. Un amigo me guió hasta él a un pueblito muy cerca de Guadalajara a donde ustedes mismos pueden acudir para que él les cuente su historia ya que DIOS le ha pedido que la cuente y así lleva haciéndolo desde hace mucho tiempo: Vicky.-Don Secundino cuéntenos desde el principio….. ¿Qué fue lo primero qué sucedió? Secundino.-Cuando yo tenía 4 años murió mi madre. A los 4 ó 5 días de que se fue me empezó a hacer mucha falta. Yo vi donde la sepultaron y ¡ahí voy a buscarla!. Llevaba una manadita de chivas que cuidaba. Tenía que treparme a un guamúchil para saltar la barda que cercaba el panteón que era como de metro y medio. Encontré la tumba y me puse a escarbar. Daban las 11 o 12 de la noche y me andaban buscando y yo queriendo sacar a mi madre. Como al tercer día que fui, escuché un ruido fuerte y miré y vi una nube azul, azul, muy espesa y yo no hice caso seguí escarbando el sepulcro pero la nube bajó hasta mí, se sentó en el suelo y salió un niño y se arrimó a mí y me dijo: “Hoy no podrás ver nada, llegando a la edad de 33 años podrás ver cosas que nunca has visto. Luego me dijo ¡Vámonos! Y nos fuimos caminando hasta la tiendita que está ahí, y me dijo ¡ya me voy y no voy a volver! Luego vi como que en la nube se abre una compuerta grande y se adelantó y pasé yo y le dije ¡Yo aquí me voy a quedar! Se volvió a formar la nube espesa. Vicky.-¿pero usted vio a una puerta que se abrió? Secundino.-Cómo decirle…era una brisa como nube que se abrió y ahí se metió. Luego se levantó y se fue hacia el cielo. Yo me vine para mi casa. Recuerdo que hasta lo invité a jugar canicas pero se despidió. Nunca más lo volví a ver. Vicky.-¿Se le quitó la tristeza? Secundino.-Sí pero después de eso, en la noche veía entrar a mi madre con una velita y nos revisaba a todos, éramos 7 y yo encantado porque ella entraba y nos veía y tapaba. Yo la esperaba hasta que llegaba y yo nomás la miraba los demás dormían. Vicky.-¿Le contó a alguien lo de la visión del niño? Secundino.-No a nadie hasta después solo a mi esposa. Hasta ahora después que me empezaron a sacar de aquí…. Vicky.-¿Y si fue a los treinta y tres años? Secundino.-De los 33 años pa’ delante. La primera vez empecé a entrar a unos espacios muy mal. Llegaban por mí y me aventaban a pantanos, a ríos crecidos, a cerros o a cañadas. Se derrumbaban los cerros y yo quedaba tapado. Yo le hablaba al Señor y empezaba a rezar el Padre Nuestro y él me sacaba de ahí. A 600 metros de hondo me llegaron a dejar. Esas tumbas las hacía Satanás porque no quería que llegara a donde yo debía llegar. Él era el que hacía esas cosas. Poco a poco fui comprendiendo que él hacia esas cosas. Duré mucho tiempo peleando con él, como un año. Llegaba y me levantaba de mi cama y luego me dejaba caer y hasta tuve que dormir separado de mi mujer porqué ella se asustaba. Luego me movía y pensaba que estaba muerto porque me sacaban de mi cuerpo y yo tardaba en volver. Poco a poco empecé a salir y siempre me defendía con el PADRE NUESTRO. El PADRE NUESTRO es una oración tan poderosa que no puede con ella el maligno. Se reza espiritualmente con fe. Alguien me cuidaba no crea que iba solo. Vicky.-¿Como sus ángeles? SECUNDINO.-Enviados de Dios para que estuvieran conmigo. No crean Uds. Que yo así nomás me salía, sino que miren …cuando yo estoy dormido llegan y me mueven y se pasean muertos delante de mí les veo los hoyos en los ojos y las costillas. Nunca me llevan dormido siempre despierto. Me hablan. Tengo un reloj que brilla para darme cuenta las horas que duro fuera de mí. Cuando ven que estoy despierto me dicen ¡Vámonos! y entra un resplandor muy blanco hasta truena la pared. Me bañan de luz todo mi cuerpo. En ese resplandor de luz siento que salgo. Al salir me dan cuerpo normal y vestidura como ando aquí. No crean ustedes que me voy dormido. Entonces me llevan a donde me van a llevar. He ido a todas partes del mundo. Le conozco todo el mundo. También se cómo es el reino de DIOS y cómo es la tierra, todo le conozco. De esa manera es como salgo. Vicky.-Después de lo feo ¿qué fue lo más hermoso que vio? Secundino.-El soplo de vida corre más rápido que un relámpago. Las cosas que DIOS me ha enseñado y he estado con Él como estoy con ustedes han sido muy hermosas. Secundino, un humilde campesino vecino de Barranca de Santa Clara ubicado en el municipio de Zacoalco, en Jalisco. Según nos expresó su esposa, Secundino es un hombre, esposo y padre ejemplar, trabajador y sin vicios y respetuoso. Secundino fue elegido como otros mensajeros en la tierra, para dar un mensaje de la existencia del cielo, el infierno, el purgatorio y otros espacios dimensionales y sus vivencias han sido extremas y maravillosas. También ha vivido algunas muy desagradables. Así continúa su narración: “En una de las veces que vinieron por mí, me llevaron hasta Egipto, antes de llegar ahí, Satanás puso una piedra grande muy alta de unos dos metros de alto y a mí se me ocurrió poner un pie en la piedra y esta se cae y se va a la oscuridad, lejos, al vacío. Estando ahí le hablé a mi Padre y le dije ¡mira qué lejos estoy! ¿Qué voy a hacer ahora? Miraba una luz lejos, lejos, lejos, al bajar la vista y ver una oscuridad apareció un resplandor de luz en cruz y se me puso en el corazón. Al ver ese resplandor se iluminó aquel lugar y vi dos personas paradas y yo estaba en el medio de ellos y les llamé diciendo ¡vámonos! Nos fuimos caminando y nos siguió una tempestad de rayos, nunca nos alcanzó a tocar ningún rayo, la tierra se mecía de un lado para otro, las piedras se quebraban, las montañas se desbarataban y yo por mi camino. Llegué donde estaba un varón divisando al norte, yo no sabía quién era. Cuando llegué y pisé tierra el estruendo se desbarataba se fue para atrás y llegué donde el varón. Miraba ranchitos tapados con palapa y salían 2,3, criaturas de los ranchitos. Vicky.- ¿Y Egipto ya no estaba? Secundino.-Ahí era todo en Egipto. Era el origen de Egipto. Aquel hombre nunca volteó a verme pero dijo así: ¡Hace falta Sol en la tierra! Al instante brotó el sol y bañó a la tierra, daba vueltas y yo atrás de ÉL. Llegamos arriba al infinito, al vacío para arriba y al llegar yo miraba el sol que iba recorriendo las aguas alrededor de la tierra y le dije ¿A dónde va? Y me dijo ¡Va a las columnas! Yo no sabía qué eran las columnas y le pregunté ¿qué son columnas? Y entonces me dijo ampliamente: Va a recogerse el agua a los mares…Esas fueron sus palabras. ¡Hace falta que la tierra esté seca! -dijo, y ahí sentí yo el aire que me tocó. Entonces me dijo ¡YO SOY el Omega que fue antes y después, YO SOY el mismo, ¡No temas! Ahí fue donde conocí a mi Padre. Entonces me dijo: tienes siglos sobre siglos viviendo en la tierra, esas fueron sus palabras que me dio y dimos vuelta pa’rriba. Llegamos a su reino. Vicky.-Dígame una cosa cuando apareció EL SEÑOR como iba vestido? Secundino.-Iba con una vestidura blanca, no me dejaba ver. Vicky.-¡Era mucha luz la que desprendía! Secundino.-Él era una LUZ NADA MÁS. Vicky.-Cuando dice que se fueron hasta el Infinito y al Vacío? ¿Existe el Vacío? Secundino.-Es un Vacío que no tiene fin. Luego Don Secundino se puso de pie y nos mostró una media esfera que el construyó como una especie de bastidor simulando el mundo y las dimensiones y nos explicó lo siguiente. Secundino.-De aquí, aquí es el infinito. Cuando llegamos ahí, a esa parte yo miraba y ÉL me dijo: son once espacios, once mundos los que aluza el sol y la luna. Vicky.-¡Once Dimensiones! Secundino continuó explicándonos cada una de las divisiones y lo que había en ellas y dándonos información que Dios le había mostrado por ejemplo mencionó: ¡En Alaska hay un punto donde solo alumbra 20 minutos el sol, lo demás es oscuridad; es la parte donde uno se puede brincar a otro mundo. La luna tiene todos los contactos de los nacimientos de nosotros mismos. Vicky.- ¿Hay seres en la luna? Secundino.-No hay seres. La luna es una niña. El sol es un varón. Lo hablo porque yo he estado con ellos y he pasado por ellos. Yo mentiras no digo porque DIOS me dijo lo que conozcas háblalo y lo que no conozcas NO LO HABLES. Don Secundino nos habla de las dimensiones en donde también existen las hadas y los duendes. Él afirma que hay 11 dimensiones y en cada una hay seres diversos creados por Dios y nosotros ocupamos uno de esos espacios. Expresa que esas divisiones son infinitas. “Después de mostrarme las dimensiones el Señor me mandó a conocer el sol, se mostró como un varón que me dijo: ¡Tuviste la dicha de conocerme! Y yo le respondí: ¡mi Padre me mandó a conocerte! Me quemó todo mi cuerpo quedó carbonizado y mi Padre me mandó a la tierra sentía un dolor que me hacía revolcarme en el suelo entonces yo alcé la vista al cielo y le dije a Dios: Padre ¿qué voy a hacer? Para entonces yo vi la luna muy grande y de la luna me mandó dos resplandores que entraron por cada uno de mis dedos gordos y me sané. Entonces yo quería irme a mi casa pero no me dejó, me levantó de nuevo a donde estaba la luna y antes de llegar a ella comencé a ver unas lucecitas y el Señor estaba a un lado de la luna. Esas lucecitas traían un farolito y yo andaba entre ellas y agarré una y vi un resplandor de luz y al alzar la vista vi al Señor a un lado y me dijo: ¿Ves? son millares de almas que van a nacer a la tierra y millares de muertos como vienes. Por eso yo les digo que no es fácil de entenderse lo que hay fuera de nosotros. Llegué yo a la luna y ella es una niña que está volteando al vacío y ella tiene el registro de todos los nacimientos de nosotros. Luego llegué al reino de Dios y me topé con un varón que me dijo ¿sabes el Señor Jesucristo? Sí –le contesté. ¡Rézalo! –me dijo. Al empezar a rezar empezó una flama alrededor de mí, me empezó a abarcar y sentía morirme entonces yo le hablé al Señor: Jesús, Jesús y al hablarle estaba junto a mí. Al instante se quitó el fuego y Él me levantó y me dijo: ¡Para poderme ver tienes que morir! Menos no podrás verme. Vicky.-¿O sea que se murió usted por unos instantes? Secundino.-Siempre que me sacan de mi cuerpo tengo que morirme. La muerte es un traslado. Yo lo conozco pero el Señor me saca y me trae de vuelta por eso el me dijo: ¡YO SOY la luz!¡YO SOY la vida! ¡YO SOY la resurrección! Vicky.-¿En qué lugar estaba usted cuando sucedió eso? Secundino.-En el Purgatorio. Vicky.-Puro sufrir. Secundino.-Si pero si le llamas a Dios él te saca al instante de ahí. Pero si no le hablas no te ayuda. “Si no me hablan no los oiré”-así lo dice. ¡Háblenme antes de morir! Y Él lo dice porque cuando uno está agonizando debes rezar el Padre Nuestro para que Satanás no se te arrime y no crean que se presenta como varón sino como una víbora. Yo pelee mucho con él. Le moché la cabeza y otra vez llegaba y se me colgaba, lo aventé lejos y se carcajeaba. Las cosas que hay fuera de nosotros tienen vida. Todo tiene vida. La gente no conoce nada de lo que hay. El hombre nace y vive y nunca sabe todo lo que hay. Al salir yo de ese fuego me dio un copón y le puso unas espigas de trigo y me dijo: ¡YO SOY la luz! ¡YO SOY la vida! YO SOY la resurrección! En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esto fue lo que les dejé en la tierra. Entonces yo le dije: ¡Padre yo ya estoy aquí y de aquí ya no me voy! Así como lo oyen. Él me vio y se sonrió y se arrimó otra vez junto a mí, y me volví a hincar y lo agarré de los pies y me trajo de nuevo acá a donde nací ahí me dejó. Me dejó una mesa tendida con una sábana hermosa tenía en cada esquina dos claveles y se cruzaban en cruz y me dejó una bola de luz que por las tejas yo miraba cómo salían sus resplandores. En eso voltee a buscar a mi Padre pero ya iba muy lejos. Vicky.-Lo distrajo. Secundino.-Entonces yo le dije ¡Ya me dejates otra vez! Y en eso estaba yo curioseando la bola de hermosísima y aplaudí en ella y la apagué y me bañé en sangre. Abrí los ojos y ya estaba de nuevo en mi cuarto. Así me ha ido enseñando tantas cosas el Padre. Es muy interesante escuchar a don Secundino si a usted le llama conocerlo vaya a visitarlo a Barranca de Santa Clara para que le cuente alguna de sus experiencias entre el cielo y el infierno. Es un pequeño pueblito en donde todo mundo se conoce solo pregunte por él. victoriavalon@gmail.com