Friday, February 27, 2009

VISITANTES DE OTRA DIMENSION

Continuamos con la historia de Paula, una joven y simpática mujer quien junto con su hermana Claudia, recibían visitantes de otras dimensiones en su antigua casa. Cuando ambas se casaron, su madre quien era escéptica de esos fenómenos comenzó a recibir a los intrusos, entre ellos un ser parecido a un duende y un individuo ataviado con una túnica que le deseaba entregar una especie de daga.
Con el tiempo los padres de Paula vendieron la casa porque era muy grande. Antes de mudarse el papá de Paula quien era otro escéptico, se estaba rasurando frente al espejo y hacia atrás podía ver claramente las cortinas de la recámara que estaban abiertas y sin explicación lógica vio cómo una de ellas se recorrió quedando el cuarto en total oscuridad. Se asomó a la recámara y se dio cuenta que no había nadie y dijo en voz alta:
-“A mí no me asustes, si me quieres decir algo, hazlo pero no me asustes”.
-Eso fue todo lo que mi padre vivió –comenta Paula-.
Cuando se mudaron mis papás y el nuevo propietario comenzó la remodelación para sus fines comerciales, comenzó a tener problemas. Un día se presentó con mi cuñado y le preguntó si nos asustaban, porque se le hacía muy extraño que en cuanto daban las seis de la tarde los albañiles dejaban todo. Incluso les ofreció pagarles horas extras para terminar pronto la obra pero no aceptaron porque afirmaron que los asustaban.
-¿Y los vecinos nunca vieron algo inusual? –le pregunté a Paula-.
-Mira sucedía algo curioso, algunas veces escuchábamos ruidos a deshoras de la noche y ellos escuchaban los ruidos de nuestra casa. Eran sonidos como cuando se mueven los muebles. Ni eran ellos, ni éramos nosotros.

A fin de esclarecer todo este asunto de la casa, Paula acudió un día con Ramona –la vidente- y ella le dijo lo siguiente:
-¿Tu casa estaba cerca de un colegio?
-Sí -le contesté y además le di el nombre del colegio-.
Entonces ella me dijo que no era ese y me describió otro que hay muy cerca. Me hizo una descripción tan específica que supe con certeza identificar la escuela. Yo jamás tuve en la mente ese colegio porque pensé en el que tenía más cerca.
Enseguida me explicó: “En ese colegio está el portal de entrada por donde ingresan todo tipo de seres de otras dimensiones y en tu casa está el portal de salida”. Curiosamente manteníamos una relación estrecha con los padres de ese colegio. Los seminaristas nos llegaron a contar que en esa escuela asustaba una monjita.
-¿Recibiste ayuda de los sacerdotes?-le pregunté a Paula-.
-Sí pero no me funcionaba. Por ejemplo nos decían que nos acostáramos rezando y pensando cosas agradables. Aunque lo hacía como ellos lo indicaban, de todos modos continuaban las eventualidades. De la misma forma bendecían y solo duraba el efecto dos días.
Me casé y desde la luna de miel asustaba a mi marido con mis gritos. Respecto a eso Ramona me dijo que yo tenía un problema doble porque se mezclaba mi sonambulismo con mi percepción. Esto se convierte en un caos.
Además tengo sueños premonitorios. Y también me he comunicado con dos personas fallecidas. Una de ellas era mi vecina Lilia quien a los 8 días de muerta me dio un mensaje para su hermana de la siguiente manera:
“Estaba dormida y en el sueño escuché el timbre del teléfono, cuando fui a contestar era la voz de ella, pero yo sabía que estaba muerta. Me saludó, me dijo que estaba bien y me pidió un favor.
-Mira mañana a la primera persona que vas a ver es a mi hermana Alicia, le das un beso y le dices que ya no me llore que estoy muy bien y contenta.
-Claro que sí Lilia, yo le daré tu recado.
-Bueno adiós –se despidió-.
Al otro día yo no me acordaba del sueño. Me parece que era un sábado porque había tenido reunión en mi casa y me levante a recoger mi casa. Me dirigí a la cocina y al asomarme por la ventana vi a Alicia, tal como me dijo su hermana. Al verla recordé mi sueño y las palabras de Lilia. En cuanto me bañé y me arreglé fui a darle el recado y como ellas son muy creyentes de las ánimas, no tuvo duda de que su hermana le mandaba ese mensaje y se emocionó tanto que empezó a llorar.
La otra persona que falleció fue un amigo que estuvo enfermo de leucemia que nos quería mucho a mi y a mi hermana, nos llamaba primas. De hecho se murió mencionándonos. Él nunca quiso que lo visitáramos porque no deseaba que lo recordáramos de esa manera. A escasos días de su muerte lo soñé: “Estaba parada y asomándome por una ventana de la casa de mis tíos cuando lo vi venir vestido de blanco. Al verlo pensaba ¡Está muerto y ahí viene! No me daba miedo sino gusto de verlo. Cuando llegó, los dos nos asomamos por la ventana hacia el horizonte. Le pregunté cómo estaba y me dijo que bien. De pronto tomé conciencia que podía preguntarle algo interesante sobre la muerte pero en ese momento su imagen se empezó a alejar hasta desvanecerse y ya no pude hacer nada. Antes de irse me dijo: “Me tengo que ir con Verónica”. Le llamé a su hermana y ella me explicó que una sobrina llamada Verónica estaba por dar a luz.
-Yo me sorprendí porque me di cuenta que no era casualidad.
Luego lo soñé nuevamente en una banca del templo de Santa Rita porque a esa iglesia acudimos desde pequeños. En esa ocasión solo me dijo que estaba muy bien y que ya se iba. Nunca más volví a tener contacto con él.
-¿Y qué sueño premonitorio tuviste?
-El de mi abuelita, la madre de mi mamá. En ese tiempo yo llevaba a mi hermana a la escuela y luego regresaba a mi casa. Recuerdo que la noche anterior soñé a mi abuelita que se caía y se lo comenté a mi mamá, con lujo de detalles.
Mi mamá no me puso atención. Luego fui a casa de mis tías, donde vivía mi abuela y me encontré con una histeria total porque la abuela se había caído. Todo sucedió tal y como lo vi en el sueño. Me regresé por mi mamá y le dije que mi abuelita se había caído.
Mi madre pensó que me refería a mi sueño y no me hizo caso. Entonces le dije que “de verdad se había caído”. Mi madre entonces reaccionó preocupada y la llevé a ver a su mamá pero le pedí que no comentara nada de mis sueños.
-¿En esta casa te ha sucedido algo?
-Bueno, déjame decirte. En esta casa murió un hombre pero no tenemos la certeza si se suicidó o falleció por enfermedad. La casa nos la vendió su viuda y yo no me enteré de lo sucedido hasta después de haberme mudado. La casa estaba muy descuidada y tuvimos que arreglarla.
En la noche llegue a escuchar que el piso crujía porque es de madera y al abrir los ojos no veía más que sombras negras. Una noche vi que una de esas sombras estaba sobre mi esposo y traté de despertarlo. Al hacerlo mi esposo levantó el brazo y penetró esa sombra y la mitad de su extremidad desapareció. Asustada le dije: “no metas la mano ahí”. Él todavía medio dormido me dijo ¿de qué hablas?…..Le expliqué lo que había visto y se me quedó viendo extrañado. Después cuando amaneció no estaba segura de lo sucedido, no supe si estaba dormida o despierta. Todavía no puedo diferenciar.
En esta casa siento que alguien siempre anda conmigo, a veces me llegan olores a flores de rosas y nardos, aquí y en otros lugares fuera de mi casa. Cuando se murió una tía le llamaron a mi hermana para avisarle y en ese momento me llegó un fuerte olor a nardos. También he percibido olor a animal muerto.
¿Y qué piensas de todo lo que te sucede?
Mira me gustaría poder controlarlo, poder comunicarme a través de mis sueños con los fallecidos para ayudarlos.
Creo que ya lo has hecho, con tu amiga Lilia y con tu primo.
Así terminó la charla con Paula quien me invitó a confirmar sus vivencias con su hermana y su mamá que les contaré en el siguiente relato.
Cualquier comentario favor de enviarlo al siguiente correo.
victoriavalon@gmail.com

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